Si aún no hemos empezado, manos a la obra! Hay que limpiar la tierra de la capa protectora del invierno, echar cucho (estiercol) que en este caso no importa tanto si es fresco, porque la patata resiste lo que le echen. Y comenzar a dar la vuelta a la tierra en cuanto se pueda.
Como en todo, hay muchas teorías: cucho en superficie, bancales de permacultura, montañas de ruedas o cajones de madera. En Asturias las patatas se ponen muy juntas, muy seguiditas, para aprovechar los huertos de tamaño reducido. Se siembran patatas en cualquier trocito que queda libre a la vera de la carretera, los bordes de los caminos, huertas diminutas en cualquier esquina. Se aprovechaba el terreno al máximo y aún se mantiene esta costumbre. En la costa, se sembraban en tierras de desembocadura de los ríos, muy arenosas y salinas, y salían unas patatas muy buenas, sabrosas y famosas, conocidas como "las patatas de la arena".
Pasando el puerto, en León, como en otras regiones, las patatas se siembran muy separadas, dejando un metro entre filas, para aporcarlas con más cantidad de tierra. Lo que se llama caballones. En internet he encontrado estos consejos que me han parecido interesantes. También podéis leer una buena descripción de la planta, consejos de cultivo y variedades existentes, aqui. Y también, cómo no, la opción de Mariano Bueno. ESte es un artículo sobre sus propiedades y también su cultivo
